La vida es una combinación de momentos buenos y experiencias difíciles. De tal manera es imperativo conocer nuestras herramientas para desarrollar la resiliencia, ser felices y seguir nuestro camino, aún después de las vicisitudes ya que para descifrar la verdadera felicidad es necesario descubrir sus enigmas para mantenerla vigente.
Según los psicólogos expertos en pensamiento positivo, la felicidad es un estado de bienestar mental que va más allá de la ausencia de la tristeza. Ser feliz para ellos, significa disfrutar plenamente de todo lo que nos rodea y aprender de las experiencias dolorosas.
Martin Selgman, pionero de la psicología positiva, afirma que para tener una vida plena es indispensable identificar y desarrollar nuestras fortalezas mentales.
En ese orden de ideas, tengamos presente que la felicidad no es algo que podamos alcanzar, ganar y mucho menos conseguir, la felicidad es claramente un camino que se disfruta al ser recorrido.
Por lo tanto, es muy importante elegir de manera adecuada el sendero que vamos a recorrer, tomando decisiones que nos conduzcan por caminos de bienestar emocional. Si bien es cierto que hay acontecimientos que no podemos controlar, el secreto de la felicidad consiste en tener claro el rumbo que queremos seguir en la vida, independientemente de los avatares del destino.
Es posible que a veces se nos cueste encontrar la felicidad porque tal vez la estamos buscando en el lugar equivocado y con una visión borrosa del camino y es precisamente en esos momentos que se hace necesario recordar que somos los mentores de nuestra vida y tenemos la potestad de tomar las riendas de la misma y así también cambiar el lente para ampliar el espectro.
A veces también es factible que tengamos un concepto ambiguo de la felicidad, enfocándola en un término básico de alegría y buenas experiencias, sin embargo, es importante tener en cuenta que el placer hace parte de una vida feliz, pero no lo es todo.
Podríamos entonces afirmar que la felicidad es proporcional al equilibrio mental que tengamos, por tal motivo, se hace primordial diferenciar entre un estado emocional pasajero y un sentimiento de bienestar duradero en el tiempo.
Ahora bien, para ser felices debemos actuar en coherencia con nuestros valores y principios, lo que nos permitirá tomar decisiones adecuadas que asegurarán nuestro bienestar.
Al ser conscientes de que en nuestro camino siempre tendremos que afrontar momentos altamente dolorosos e inevitables, hemos de recordar que somos los únicos que podemos decidir cómo afrontar estas experiencias vitales y si tenemos bases sólidas para desarrollar la resiliencia encontraremos el modo de salir adelante con empoderamiento, gratitud y un gran aprendizaje.
Cree en los secretos que encierra la felicidad.
Cree en la resiliencia como el camino más apropiado para alcanzar tu bienestar.
Crea sentimientos apacibles, empáticos y duraderos en el tiempo.
Cree para crear.
Adriana Rubio Llano.