“Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivirlos dos veces”.
Marco Aurelio Maicrol.
Anclaje
Termino común entre los marinos, ya que designa el acto de anclar una nave, sujetarla con un ancla para que se mantenga firme y no se la lleve la corriente.
Anclaje emocional
El anclaje consiste en asociar un estímulo, que puede ser visual, olfativo o cinestésico, a un estado emocional. De esta forma, cuando repetimos el estímulo se evocará el estado emocional al que asociamos dicho estimulo cuando hicimos el anclaje. En psicología este hecho se llama “respuesta condicionada” y se asocia a los estudios realizados por Ivan Pávlov, Premio Nobel de Psicología y Medicina en 1904.
Tal como habla el grupo de Planeación Neurolonguística de Barcelona, hablamos de anclaje emocional como un de técnica de Programación Neurolinguística (PNL) que ayuda a situarse emocionalmente en el lugar correcto. Es clave aprender a utilizar los anclajes con diferentes utilidades, de forma que pueda hacerse con soltura. Una de ellas es poder hacer auto anclajes de conductas, de estados y recursos que nos ayuden en situaciones que pudiesen ser limitantes.
A lo largo de nuestra vida generamos, muchas veces sin ser conscientes, múltiples anclas, aquella canción que nos recuerda el primer amor, el sabor de la comida de la abuela, el olor de la casa de la infancia, entre otras. No obstante, todos tenemos también anzuelos negativos que cuando se activan evocan emociones desagradables que nos producen miedo y limitan nuestras capacidades. Para ligar el ancla al camino resiliente es preciso que nos centremos en los recuerdos poderosos, esos que nos llevan directamente a reforzar nuestra confianza y autoestima.
“Toda persona cuenta con los recursos necesarios” dice una de las presuposiciones de la PNL. Dentro de nosotros está aquel recuerdo, aquella experiencia que puede aportarnos los recursos que necesitamos para afrontar las situaciones que se nos presentan, el dilema está en cómo acceder a estos recursos en el momento en el que los necesitamos.
Todos podemos crear anclajes positivos, que nos permitan mantener estados emocionales saludables, y mantenernos firmes en el camino resiliente, para ello y complementando la propuesta del Psicólogo Bernardo Peña Herrera, podemos seguir los siguientes pasos.
Por último, dejo a los lectores, la siguiente invitación, preguntémonos constantemente, si esta ancla nos está acercando y mostrando el camino resiliente que queremos recorrer.
Cree en ti.
Crea tu ancla y aférrate a ella.
Cree que el en camino resiliente que ella te muestra y crea para tu vida una nueva realidad.
Adriana Rubio Llano
Creer para crear.