Aceptar, aprender y agradecer

Primero quisiera hacerte algunas preguntas para reflexionar sobre tu vida:

¿Podrías hacer un recuento honesto de tus cualidades y talentos?
¿Cómo crees que aplicas tu talento en tu vida profesional, familiar y/o social?
¿Así como puedes describir tus talentos, podrías reconocer las límitantes que a menudo te generan tropiezos?
¿Podrías reconocer ventajas o aspectos positivos derivados de una experiencia frustrante que viviste?

“Señor concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar , valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para discernir la diferencia.”
San Francisco de Asis.

“Vive como si fueses a morir mañana . Aprende como si fueras a vivir para siempre.”
Mahatma Gadhi.

Sé agradecido por lo que ya tienes mientras persigues tus sueños. Si no estas agradecido por lo que ya tienes, ¿Qué te hace pensar que serías feliz con más?
Roy T. Bennett.

Hemos de aceptar que a veces la vida no nos da algunas oportunidades, que también ciertos proyectos se salen de nuestro control y que eventualmente se cierran algunos caminos.

Claramente, esta situación tiende a desmotivarnos y a veces nos lleva a perder el control, es precisamente en ese momento en donde podemos retomar el liderazgo de nuestra vida y darle un nuevo aire a nuestra existencia.

Aprender a aceptar que existen fronteras es un arma poderosa que nos incita a reponernos de las decepciones y a superar los fracasos.

La tolerancia a la frustración es esencial en nuestro proceso evolutivo ya que nos da la posibilidad de interiorizar nuestros límites de manera asertiva.

Las personas alcanzamos el bienestar con nosotros mismos y con nuestro entorno cuando logramos equilibrar nuestros deseos con nuestras posibilidades reales, cuando aceptamos los límites y cuando fluimos con ellos.

Si nuestras expectativas superan la realidad caminaremos sobre bases frágiles que seguramente nos conducirán a la frustración.

Saber marcar limites personales nos empodera, aumenta nuestro amor propio y nos da libertad para actuar sobre bases de confianza y solidez.

Es vital aprender de nuestros límites, esto nos permite aceptar que la vida a veces nos da lo que anhelamos, a veces no, sin embargo, siempre nos da lo que nos más conviene, el no recibir lo que deseamos le da un tinte especial a nuestras vidas porque nos permite perseguir nuestros ideales y conservar la fantasía de dejarnos sorprender.

Agradecer lo vivido sobre cualquier sentimiento inesperado o adverso le da un valor incalculable a cada una de nuestras experiencias y nos permite ser los arquitectos de nuestro proyecto de vida.

Es fundamental reeducarnos para que nuestra mente siempre extraiga la parte positiva de nuestro diario vivir, para que el agradecimiento se vuelva una constante en nosotros, ya que la gratitud es una virtud que todos podemos sembrar, cultivar y hacer crecer.

Cree que el autoconocimiento amoroso
de tus limitaciones y posibilidades,
creará el escenario adecuado
para desarrollar tu potencial.

Creer para crear.